Negocios, Personal, Reflexión | 25 de enero de 2017

No sigas mis pasos

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Hace un par de semanas recibí una pregunta muy interesante y honesta de parte de un suscriptor. No es primera vez que recibo algún email consultando sobre este tema, por lo que decidí aprovechar la oportunidad y compartir mi respuesta de manera pública en este artículo.

Lo hago por dos razones (la primera es más aburrida que la segunda): Primero, para tener un enlace que mandar las próximas veces que reciba una pregunta similar y no tener que elaborar un ensayo en cada caso y, segundo, para desmitificar la idea del éxito que la sociedad actual nos impone.

Bueno, vamos con la pregunta:

Pregunta:

«Amigo te quería preguntar algo personal y muy directo… ¿Tus ingresos te permiten vivir cómodamente en Vitacura, manejar un Jaguar y viajar a Europa todos los años? Tú eres lo mas pro en emprendimiento y diseño web pero quiero saber si es aconsejable seguir tus pasos o no.»

Nota aclaratoria: Vitacura es una parte de Santiago bastante cara, habitada principalmente por familias de altos ingresos.

Aquí está mi respuesta, cabe mencionar que es un poco diferente del email original, ya que he profundizado un poco más para este artículo:

Respuesta

En palabras simples: No.

Lo que hago no me permite vivir en completa comodidad y lujo, sin embargo, en algún momento lo hará y creo que ya voy en la ruta correcta.

De todas formas, lo que yo hago no está fundamentado en una búsqueda del éxito monetario, sino más bien en un intento por cubrir mis necesidades creativas… En el fondo, mientras pueda estar creando cosas, voy a ser feliz. El éxito económico llegará en su debido momento con base en el trabajo más que duro, pero feliz, que he puesto en los últimos años y que pondré en los que están por venir.

Ahora bien, sinceramente, creo que da lo mismo si recomiendo o no a alguien hacer lo que yo hago, porque es muy probable que nadie esté dispuesto a hacerlo, al menos de la misma forma. A trabajar día tras día; a realizar trabajos para clientes; a sacar tiempo de donde no hay para crear cursos, videos y tutoriales; a buscar ideas y escribir artículos todas las semanas; a diseñar y desarrollar para cada uno de sus proyectos; a aprender a escribir relativamente bien; a desarrollar una capacidad creativa que pueda estar a la altura de los requerimientos de los clientes y estudiantes; a tomarse el tiempo de responder emails como el tuyo y atender las consultas de los estudiantes…

A lo que quiero llegar con esto es que desde fuera se ve fácil pero, desde adentro, la historia es completamente distinta. No me quejo, solo quiero dar algo de perspectiva. Pienso que es como los deportistas (a pesar de que no tengo interés en el futbol), ves a algún futbolista importante y dices «Guau, todos esos millones ganan en un mes, la tienen muy fácil», pero uno no ve todo el esfuerzo que hay detrás, las horas de práctica, las lesiones y sacrificios realizados.

Me encanta ver que las cosas que hago, de alguna u otra manera, consiguen motivar a ciertas personas a Mover El Culo (MEC®) y entregar al mundo un trabajo digno y valioso. Pero al mismo tiempo soy consciente de que la mayoría solo serán espectadores, soñadores pasivos que piensan que algún día, que probablemente nunca llegue, ellos también podrían hacer algo interesante.

Cuando comencé a exponerme públicamente a través de mi sitio solo quería compartir algunas cosas técnicas que había aprendido, pero con el tiempo fui descubriendo que hay una falencia mucho más grande que lo técnico. Los diseñadores y desarrolladores se enfrentan a una dicotomía por parte de sus referentes. Por un lado están los exitosos, aquellos que han alcanzado la cima y hoy disfrutan de sus éxitos, mientras que, por el otro lado tenemos a la gran masa de creativos, quejándose de lo mal que los tratan los clientes, de lo mal que les pagan y lo poco que la sociedad los considera. No hay un punto medio y allí es donde yo quiero pararme.

Quiero que los diseñadores y desarrolladores, especialmente los más jóvenes, puedan ver que el éxito está en la mente de cada uno, no en las cosas que poseen o que pueden comprar. Quiero que vean que se pueden alcanzar logros importantes, pero que tendrán que trabajar duro para conseguirlos y mantenerlos. Quiero que vean que se puede llegar a tener una buena vida ofreciendo su trabajo de manera honesta y sin estafar a nadie. Quiero que vean que está bien ser un creativo apasionado y obtener ingresos haciendo lo que aman. Por eso muestro públicamente, no solamente mi trabajo, sino la filosofía que hay detrás, la lógica que motiva mis acciones. Por eso con frecuencia me muestro vulnerable y dejo que sepan que paso por dificultades emocionales, económicas y de gestión. Por eso no tengo pudor en decir que el auto que tengo es simplemente un city car (Chevrolet Spark LS) y que en ocasiones, incluso me cuesta llegar a fin de mes. Porque cuando esté dentro del grupo que calza con la definición estándar de éxito, quiero que las personas vean que no fue algo que pasó de la noche a la mañana, quiero que vean el esfuerzo y el proceso que hubo detrás y que no se desanimen si a ellos no les llega el éxito de golpe, porque eso rara vez ocurre. Quiero que vean que una vida dedicada a la creatividad y el diseño puede traer buenos frutos. Y si no alcanzo ese tipo de éxito, quiero que vean que fui feliz en el camino de cualquier forma, porque lo que guió mis pasos fue la creatividad y no la ambición.

Por eso, si lo que buscas es ganar rápidamente mucho dinero, vivir en Vitacura, tener un Jaguar y viajar a europa frecuentemente, no sigas mis pasos. De hecho, he de decirte que no me gustan ni Vitacura ni los autos. Por mí, me iría a vivir a Villarrica (una bonita ciudad rodeada de naturaleza en el sur de Chile), andaría en bicicleta para todos lados y viajaría a Asia cada vez que pudiera.

Ahora bien, si tienes el mismo impulso creativo que yo, ese fuego interno que no te permite pensar en otra cosa más que crear ese diseño, producto o curso, entonces nada de lo que yo diga te podrá detener.

Un abrazo,
@FranciscoAMK